Con el paso del tiempo, a veces suceden imprevistos con los que no contábamos que suponen un cambio radical en nuestra vida o en los que nos rodean. En estos casos es importante contar con un buen apoyo y para ello es fundamental tener contratado un seguro de vida.
Este tipo de seguros son bastante habituales ya que se utilizan para ofrecer cobertura indemnizatoria para los beneficiarios en el supuesto de fallecimiento del beneficiario o como garantía de pago en algunos casos. De esta forma, el seguro de vida actúa como resguardo frente a una posible situación de apremios económicos en la que el beneficiario recibe una suma de dinero en caso de fallecimiento para dar tranquilidad y estabilidad a su familia.
Para disponer de seguros de vida, es necesario contratarlos a una empresa aseguradora. Mediante la firma del contrato, ésta se compromete a entregar a las personas beneficiarias designadas por el contratante, una suma de dinero en el momento de su fallecimiento. A cambio, la persona que contrata el seguro debe pagar periódicamente una cantidad estipulada.
Existen diversos tipos de pólizas que comprenden todos los riesgos que puedan afectar a la existencia, integridad corporal o salud del asegurado, y en algunas ocasiones le pueden beneficiar en vida.
También los seguros de vida se pueden realizar a título individual o colectivo, siempre y cuando se seleccione un grupo de personas que estén afectados por el mismo riesgo.
Para saber si necesitamos un seguro de vida debemos considerar varios factores como el número de hijos, las edades, las personas a su cargo o las necesidades de la familia. Así podemos valorar las diversas opciones y escoger la que mejor se adapte a nuestra situación.
Contratando un seguro de vida conseguiremos dar estabilidad a nuestra familia en caso de algún imprevisto que afecta a la situación familiar en conjunto. Contar con los servicios de una aseguradora profesional y con experiencia garantizará la cobertura a nuestra familia y nos evitará preocupaciones.