El ahorro energético en los hogares debe ser uno de nuestros principales objetivos por dos motivos básicamente. El primero es el ahorro económico que supone para nuestros bolsillos ya que necesitaremos menos energía para que nuestro hogar funcione en el día a día.
El segundo motivo principal es que este ahorro se traduce en un mayor cuidado del medio ambiente, un tema muy a la orden del día ya que poco a poco vamos tomando conciencia de la importante que es respetar nuestro entorno para tener una mayor calidad de vida.
La eficiencia energética consiste, de hecho, en la reducción del consumo de energía manteniendo los mismos servicios energéticos, sin disminuir nuestro confort y calidad de vida, protegiendo el medio ambiente, asegurando el abastecimiento y fomentando un comportamiento sostenible en su uso.
Con tal de cumplir con este objetivo de conseguir un hogar con una menor demanda energética, se tienen en cuenta multitud de factores como pueden ser los materiales utilizados para el aislamiento térmico, el consumo de agua, la iluminación que usamos o también el tipo de electrodomésticos que compramos.
De hecho, los electrodomésticos suponen uno de los mayores gastos energéticos de un hogar por lo que es importante saber elegir los más eficientes cuando nos acercamos a la tienda.
Desde hace unos años, en Europa, se regula la eficiencia energética de los electrodomésticos para el hogar mediante una etiqueta energética especial que determina la su eficiencia en el consumo y lo respetuoso que es un aparato con el medio ambiente. Se trata de una etiqueta parecida a los certificados de eficiencia energética de las viviendas que indica lo eficiente que es un hogar en cuanto al consumo de energía, siguiendo un código de color en una escala que va de la categoría A a la G.
Actualmente, esta etiqueta energética está reservada a aquellos electrodomésticos que más consumo registran en el día a día ya sea porque se hace un uso muy continuado o porque se mantienen encendidos constantemente. Es el caso de las neveras y congeladores, lavadoras, lavavajillas, secadoras, fuentes de luz domésticas, horno eléctrico, y aire acondicionado.
Es cierto que estos electrodomésticos poder ser más caros que el resto ya que poseen características especiales que son las que ayudan al menor consumo energético, pero a la larga, gracias a esta reducción de la demanda energética, el ahorro es mayor y por lo tanto, sale a cuenta.
Cuando amueblamos nuestra vivienda o si tenemos intención de renovar nuestros electrodomésticos es importante tener en cuenta la etiqueta energética de los mismos para poder elegir los que nos ayuden a ahorrar y a respetar el medio ambiente.